lunes, septiembre 29, 2008

Discusión

Estar en clase activamente pasivos, escuchando.
Estar en clase activamente activos, elaborando, discutiendo, completando, inquiriendo.
¿Qué hace que una clase se convierta de un rollo en un espacio de ideas, en un tiempo de colores?
Quizá el interés que produce la propia clase, la personalidad de quien la dirige, la sorpresa de su puesta en escena, la riqueza de los matices.
El conocimiento compartido.
Saludos.

miércoles, septiembre 24, 2008

El ciprés de Silos

Confieso que es el primer soneto de Gerardo Diego que leí de estudiante, hace ya muchos años, y todavía resuena en mis tímpanos el eco de la soledad, el deseo de acercarme a él, la cadencia del gregoriano que he escuchado, con sus elevaciones, sus ascensos, su ligereza, su trascendencia.
Quizá hoy no me vendría mal dedicarme toda la jornada a salmodiar, en vez de vivir en el vértigo en el que he vivido este día.
Pero ya se ha pasado.
Ahora, nuevamente, resuena en mí la cadencia que me eleva, que me trasciende, que me separa del ceño fruncido y del gesto adusto, del enfado con el conductor de atrás que me aprieta y me pita, de la carrera agotadora del dia.



Este es el soneto:

Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.

Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,

como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.

Muy bueno para asociar palabras. Véamos algunas: sombra-sueño-estrellas-negra; firme-torre-isleño; lanza-saeta-flecha-arista; surtidor-chorro-mástil-vertical-cielo; soledad-isleño-mudo-fervor.

Junto con esa asociación bastante libre que nos sitúa en los campos de soledad, recogimiento, trascendencia, ascensión, religión (fe y esperanza), cielo, aparece la concreción: riberas del Arlanza. Este sitio lo encuentras. Está ahí, en Burgos, en el corazón de Castilla. Y gustar de él, del monasterio y de sus alrededores, es una experiencia a la que merece la pena acercarse.

Sin duda, Gerardo Diego ha sido el mejor publicista del monasterio benedictino de Silos y ha convertido su ciprés en un símbolo.

Chema.


lunes, septiembre 22, 2008

El tesoro

Sebastián de Covarrubias y Orozco (1539-1613).
Sebastián de Covarrubias era hijo de Sebastián de Orozco (1510-1579), cristiano nuevo e hijo de la judeoconversa María de Soto. La madre, María Valero de Covarrubias Leyva, por el contrario, era de mejor linaje, según los criterios de la época, y nació en el seno de una familia cristiana vieja de gran prestigio de teólogos, arquitectos y artesanos. El que sería famoso lexicógrafo, estudió en Salamanca (1573), donde vivió con un tío abuelo suyo, el canónigo Juan de Covarrubias, en la Iglesia de Salamanca. En el momento apropiado don Juan renunció a este puesto "a favor de su sobrino", pues se había hecho sacerdote. Fue después capellán de Felipe II, consultor del Santo Oficio y canónigo de la Catedral de Cuenca, cargo este último que desempeñó más de treinta años. En 1595 fue nombrado Comisario Apostólico encargado de la dotación de rectorías para moriscos.
Su obra
En 1610 Sebastián enfermó gravemente, pero se recuperó e imprimió una obra clásica de la literatura emblemática, los Emblemas morales.
Escribió, por otra parte, un Tratado de cifras y una traducción de las Sátiras y epístolas de Horacio que no se han conservado; sin embargo, es conocido sobre todo por un monumental diccionario, el Tesoro de la lengua castellana o española, la mejor obra lexicográfica publicada entre el diccionario de Antonio de Nebrija y el Diccionario de Autoridades de la Real Academia Española. Su consulta sigue siendo útil para establecer el sentido de la literatura clásica del Siglo de Oro español.
(De la wiki, http://es.wikipedia.org/wiki/Sebastián_de_Covarrubias).

Este tesoro está lleno de alhajas, como las palabras con las que amamos, deseamos, nos explicamos, nos encontramos, nos despedimos...
Haced que crezca, usad la palabra justa.
Chema

domingo, septiembre 21, 2008

Palabra

In principio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum, et Deus erat Verbum.
Palabra, palabra de Dios, palabra de honor, palabra palabra, palabra necesaria, palabra creadora, mi palabra, palabra no dicha, palabra a palabra.
Existía al principio la Palabra. Al final lo que existe es la Palabra: es la palabra la que abre el conocimiento, el mundo. Porque lo que no tiene nombre no existe. Espera, inerte, en el limbo, a una mano de nieve becqueriana, a alguien que la pulse, que la vibre y así, de pronto se produce el fiat, el hágase, la creación.
¿Hay, acaso, algún conocimiento que no tenga una palabra como soporte?
Y, los hombres, siempre en busca de lo inefable, que es como tratar con la piedra filosofal.
Así pues, al principio, nos encararemos con la palabra, cómo los lingüístas la han estudiado, cómo es una no-unidad lingüística (las unidades, las definidas, son el fonema y el monema, no la palabra, que tiene unos límites imprecisos, grisáceos, bastante tenues para lo que exige una disciplina científica que necesita trabajar en la universalidad y no con excepciones, y la palabra como unidad lingüística vive de sus muchas excepciones).
A mí me gusta la palabra creadora, la divina, la que pinta mundos y la que sueña ilusiones, la que es motor del hombre, la que guía nuetras manos y nuestros pies, la que susurra música en nuestros oídos y la que hace abrir de sorpresa o espanto nuestros ojos.
Y cuando en clase hable de campos semánticos y familias léxicas, de cambio de significado o de sinónimos, pensad que diseccionamos, que estamos haciendo la autopsia a un cuerpo, que en cualquier momento, como nuevo Lázaro, resurgirá y pedirá que le desaten las manos y los pies para caminar, para comunicar una chispa de vida que traslade una idea creadora, genial o sutil, que puede cambiar el mundo.

jueves, septiembre 18, 2008

Un cuento de vacaciones de verano

Tengo entre mis manos la novela de Khaled Hosseini, Cometas en el cielo.
La edición que he leído es una edición de bolsillo de la editorial Salamandra.
En inglés la novela se llama The Kite runner, El corredor de cometas (o volador de coemtas, diríamos en español).
Hace tiempo que no he leído una novela que me haya impactado tanto, que haya hecho que me olvide de todo menos de la historia que cuenta, que al recordarla crezca, rediviva, señalando nuevas aristas y descubriendo en ella nuevos horizontes en un mundo imperfecto.
La historia de Hassan y de Alí, de Baba (que es papá, como todo el mundo sabe), de Rahim Kan y mía, de Amir. Una historia de los últimos treinta años de la vida de nuestro mundo, de mi mundo; una historia que parece lejana, pero cierne sus tentáculos sobre mi vida, sobre mi mundo, que también es el vuestro.
Afganistán no está tan lejos.
Es una historia de locura colectiva y de encuentro de la cordura personal.
¿Qué locura hace que se desprecie tanto en nombre de los que sea las imperfecciones (supuestas o ciertas) del otro?
Me hece presente a mi amigo Kamram, que en paz descanse, cuyo espíritu aparece en la novela, que sufrió esta locura de la revolución islámica en Irán, que lo perdió todo, pero cuyo recuerdo perdura en nuestros corazones, en el de su mujer y en el de su hijo, y descansa en Madrid, lejos de su Irán natal.
Sé por él y por ellos que cuanto se cuenta en esta novela no es nunguna exageración.
Y maldigo la máquina que engendró el engendro que ha hecho el mundo más irrespirable desde que existe más intolerancia, más violencia, más odio... Ese es el fruto del dinero manchado de negro del petróleo y de rojo de la sangre en donde se ha ahogado la dignidad humana más elemental.
Vosotros tenéis las claves.
Chema.

Empezando el curso

No sé cómo estáis.
Yo me encuentro con ganas e ilusión renovadas.
Ya sé que suena a tópico, pero me apetece usar tópicos cuando expresan mejor que las originalidades mi estado de ánimo.
Hemos empezado como casi siempre. El profe dice qué ha pensado que va a hacer.
Y tengo bastante pensado, y mucho hecho. Construiremos paso a paso.
Tenemos como siempre la PAU, que amenaza nuestra relación como una espada, no sé si de Damocles, pero muy amenzante para conjugar el disfrute y la adecuada preparación que necesitáis tener para afrontar con éxito la ten temida, a mi modo de ver injustificadamente, prueba. Somos mucho más exigentes en los centros que después es la PAU, salvo señaladas excepciones.
Hemos empezado un poco diletantes.
Vamos a ver cómo andamos de sintaxis.
Vamos a jugar al revés.
Ponedme vosotros a prueba.
"Profe, a ver esta oración:
Para cuando tú hayas llegado, yo estaré allí"
Cuidemos la correlación entre el tiempo de la proposición principal y el de la subordinada.
Dejemos todo en tiempos imperfectos:
Para cuando tú llegues, yo estaré allí.

Solo comentar que esta oración es compuesta por subordinación temporal y se anañiza cada cacho por separado. La proposición principal, con su sujeto y su predicado.
Y la subordinada, con su nexo (esa locución conjuntiva para cuando), su sujeto y su predicado.
Hasta pronto.
Chema.