Un centro nuevo es una incógnita. Viene a ser como un nuevo hermano que viene a la familia y quizá alguno se sienta amenazado porque tiene que repartir. Es el síndrome del Príncipe destronado, que tan magistralmente perfiló Miguel Delibes.
A mí me gusta más colaborar que competir, pero...
El otro día me dijeron que un centro concertado en Parla está hecho con la intención de captar los mejores alumnos y dejar que los no tan buenos, los inmigrantes, los disruptivos... vayan a la enseñanza pública.
No hace falta irse muy lejos para ilustrar eso que dicen: lo hacen en su propia casa.
No hace falta ser muy observador para ver qué alumnos son los que reparten.
Lo cuento aquí, en mi cuaderno, para que conste.
Hace 14 años
1 comentario:
MEGUSTADO TODO LO QUE HAS ESCRITO RACHIDA
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