Nos ha traído un estupendo aire fresco a la actividad académica.
Todos los lunes nos desayunamos a las 8:30, al entrar al Instituto con una poesía.
La primera fue Trsites guerras, tristes, tristes de Miguel Hernández.
La del lunes pasado fue un fragmento de una de las Odas Elementales de Neruda, Oda al mar:
Gracias por la poesía.Aquí en la isla
el mar
y cuánto mar
se sale de sí mismo
a cada rato,
dice que sí, que no,
que no, que no, que no,
dice que si, en azul,
en espuma, en galope,
dice que no, que no.
No puede estarse quieto,
me llamo mar, repite
pegando en una piedra
sin lograr convencerla,
entonces
con siete lenguas verdes
de siete perros verdes,
de siete tigres verdes,
de siete mares verdes,
la recorre, la besa,
la humedece
y se golpea el pecho
repitiendo su nombre.
2 comentarios:
Una de pronto encuentra en el blog de un buen compañero que hay una referencia a una misma y siento que debo dar las gracias, pero gracias en la extensión de toda la palabra. Gracias por comprender, por dejar hacer, por compartir, por secundar... Gracias, Chema.
Raquel.
Aquí estoy José María. Encantada de conocer este blog que desde ahora mismo está ya enlazado al mío. La poesía es uno de mis grandes amores. Como agradecimiento por el poema que me han regalado esta mañana en el Jimena, ahí va un fragmento de Rilke que me parece que retrata un poco al director del Jimena:
Vivo. ¿De qué? No lo sé.
Ni la niñez, ni el futuro menguan.
El existir rebosante me brota del corazón.
(IX elegía, 67-80)
Un abrazo y muchas gracias.
Carmen
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