lunes, septiembre 22, 2008

El tesoro

Sebastián de Covarrubias y Orozco (1539-1613).
Sebastián de Covarrubias era hijo de Sebastián de Orozco (1510-1579), cristiano nuevo e hijo de la judeoconversa María de Soto. La madre, María Valero de Covarrubias Leyva, por el contrario, era de mejor linaje, según los criterios de la época, y nació en el seno de una familia cristiana vieja de gran prestigio de teólogos, arquitectos y artesanos. El que sería famoso lexicógrafo, estudió en Salamanca (1573), donde vivió con un tío abuelo suyo, el canónigo Juan de Covarrubias, en la Iglesia de Salamanca. En el momento apropiado don Juan renunció a este puesto "a favor de su sobrino", pues se había hecho sacerdote. Fue después capellán de Felipe II, consultor del Santo Oficio y canónigo de la Catedral de Cuenca, cargo este último que desempeñó más de treinta años. En 1595 fue nombrado Comisario Apostólico encargado de la dotación de rectorías para moriscos.
Su obra
En 1610 Sebastián enfermó gravemente, pero se recuperó e imprimió una obra clásica de la literatura emblemática, los Emblemas morales.
Escribió, por otra parte, un Tratado de cifras y una traducción de las Sátiras y epístolas de Horacio que no se han conservado; sin embargo, es conocido sobre todo por un monumental diccionario, el Tesoro de la lengua castellana o española, la mejor obra lexicográfica publicada entre el diccionario de Antonio de Nebrija y el Diccionario de Autoridades de la Real Academia Española. Su consulta sigue siendo útil para establecer el sentido de la literatura clásica del Siglo de Oro español.
(De la wiki, http://es.wikipedia.org/wiki/Sebastián_de_Covarrubias).

Este tesoro está lleno de alhajas, como las palabras con las que amamos, deseamos, nos explicamos, nos encontramos, nos despedimos...
Haced que crezca, usad la palabra justa.
Chema

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