sábado, febrero 12, 2011

La asertividad

No es una cuestión ni de fe ni de temperamento. No hay que creerse nada. Solo es una habilidad comunicativa que permite no renunciar a mis posiciones sin que el otro por ello tenga que sentirse perdedor o menoscabado en su persona.
Y como toda habilidad se aprende.
Es una herramienta poderosa para la resolución de conflictos.
Con las personalidades tóxicas y con las personas que tienen agenda oculta la asertividad no funciona correctamente.
Serán necesarias, pues, otras estrategias.
Mientras, trato de utilizar este recurso ante los conflictos en el aula, que afortunadamente son pocos.
Es más potente que utilizar solo la norma, mi palabra es la ley, con sus correspondientes corolarios de refuerzo, normalmente negativo; es decir, castigo. Muchas veces nuestras herramientas de trabajo son poner negativos (mucho más que positivos), reprochar la falta de trabajo, sancionar un mal comportamiento...
Aprender a ser asertivos debe ser asignatura obligada y su uso es tan práctico que alcanza a todos los órdenes de la vida.
Sin duda una buena inversión.

1 comentario:

Rakel dijo...

Eso es el aprendizaje singnificativo, no hay otro modo mejor que el ensayo-error. Finalmente, además del proceso y del resultado vive en tí para siempre la experiencia.
Raquel.